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Cosas que solo comemos cuando viajamos

 

Sandwich Club: un clásico básico

 

                  Club Sandwich: el plato hotelero por excelencia. Llena, tiene muchos colores y suele ser lo más económico de la carta del servicio de habitaciones. Este sandwich (pan tostado, dos pisos de distinto grosor y patatas fritas o ensalada de col) es un clásico de la cena a deshoras. El original se prepara con pavo o pollo, bacon, lechuga, tomate y mayonesa, y no suele haber grandes reinterpretaciones: la gente que pide un sándwich club en un hotel no quiere sorpresas. Y suele tener jet lag. Se pide en momentos de necesidad, por eso, tiende a ser bastante satisfactorio. Además, no le vamos a quitar mérito: este plato tiene algo que te hace sentir mundano.

 

La regularidad inquietante de las Pringles

                       Papitas Pringles: Son esas papas fritas que nunca compraríamos en casa pero que devoramos en un hotel. Si en nuestras cocinas morimos por las patatas artesanales, irregulares y grasientas, en nuestra suite lo hacemos por estas que son, justo, lo contrario. Las Pringles se encuentran en casi todos los mini bares del Universo. Son todas iguales, y eso resulta inquietante. Cualquier parecido con la patata es pura coincidiencia, pero qué bien sientan, así colocaditas al lado del Ipad,  mientras subimos  imágenes  al facebook,  actividad típica de todo viaje.

 Toblerone: Está asociado, irremediablemente, al viaje. No sólo es el perfecto regalo de última hora en el aeropuerto, también es el recurso de última hora, con permiso del Sandwich Club, del mini bar de la habitación. ¿Que solo tienes media hora para ducharte, pensar qué te vas a poner y salir y no tienes tiempo de cena? Un Toblerone. ¿Que te has levantado tarde y ya no se sirve desayuno? Un Toblerone.¿Que llegas a las 4 de la mañana con eco en el estómago? Un Toblerone. Ese Toblerone, tan humilde, cuántas vidas ha salvado.

 

    desayuno El Famoso Desayuno Inglés

English breakfast

 

                     Frijoles en el desayuno. Los frijoles forman parte del desayuno inglés tradicional que incluye también huevos, tocino, pan tostado, tomates, salchichas y té. Se ha institucionalizado en muchos hoteles como el gran desayuno (hipercalórico) que a todos gusta. De acuerdo que un viaje es un cambio y un pequeño torbellino, pero comer frijoles + café croissants + varios trocitos de fruta para empezar el día tiene algo de disparate. Como todos los disparates, sienta muy bien.

 

Manzanas. Lo sabemos y lo repetimos en inglés: mantienen alejado al médico. Pero, con la mano en el corazón: ¿llegamos del trabajo a casa y agarramos una manzana y la mordemos cual Eva en el Paraíso? No. Una manzana es tan eficaz como aburrida. Las comemos porque hay que comerlas y porque algunas están ricas, pero no tanto como para recurrir a ellas como snack mientras vemos un capítulo de una serie. En cambio, en la recepción de los hoteles, en los gimnasios y en las habitaciones, vemos el cesto de la fruta y nos abalanzamos sobre la manzana.

 

Fuente: CondéNast Traveler

Texto: Anabel Vázquez  

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